De superviviente del genocidio a empresaria de la cerámica y aficionada al té
Tuve el placer de hablar con Fauzia Benda, una extraordinaria emigrante ruandesa que llegó a Bélgica tras sobrevivir al devastador genocidio de Ruanda.
Su lengua materna es el kinyarwanda, pero también habla neerlandés, francés e inglés. Nos conocimos en su Pop-up store hace unos años (2018), en la ciudad en la que vivimos.
Benda no solo encontró consuelo en las raíces ruandesas de su madre, donde la cerámica es una tradición muy apreciada, sino que también combinó la herencia tanzana de su padre de beber té para crear un exitoso negocio de cerámica y una tetería en línea.
Está encantada de compartir su historia. Así lo cuenta.
Attika:
Empecemos por el principio. ¿Puede hablarnos de su viaje de Ruanda a Bélgica?
Benda:
Por supuesto. Nací y crecí en Ruanda y, por desgracia, viví los horrores del genocidio de 1994. Fue una época increíblemente traumática para nosotros. Después de perder tanto, encontramos refugio en Bélgica, donde esperábamos encontrar la paz y reconstruir nuestras vidas.
Attika:
Debió de ser una transición increíblemente difícil. ¿Cómo encontraron consuelo en las tradiciones cerámicas ruandesas?
Benda:
La cerámica siempre ha formado parte de la herencia ruandesa de mi madre. Se convirtió en una forma de seguir conectada con mis raíces. Allí viven hutus, tutsis y abatoi. Y una de las artesanías que practican los abatoi es la cerámica. La admiraba tanto que decidí que eso es lo que haría de mayor…
Attika:
¿Cómo evolucionó este amor por la cerámica hasta convertirse en su propio negocio?
Benda:
Con el tiempo, desarrollé una profunda pasión por la cerámica y reconocí su potencial no sólo para curar, sino también para crear algo bello. Decidí seguir los pasos de los Abatoi y empecé a aprender el arte de la cerámica en la escuela de artes y oficios de Gante (una ciudad de Bélgica). También asistí a talleres y pasé incontables horas perfeccionando mis habilidades. Con el tiempo, me sentí lo bastante segura como para montar mi propio negocio de cerámica.
Attika:
Es realmente inspirador. ¿Cómo entró en escena la herencia tanzana de su padre, que bebía té?
Benda:
Mi padre, originario de Tanzania, me inculcó el amor por el té. En la cultura tanzana, el té desempeña un papel importante en la vida cotidiana, y para mi padre se convirtió en una forma de conectar con sus raíces. Yo quería honrar ambas facetas de mi herencia, así que decidí combinar mi pasión por la cerámica con mi aprecio por el té.
Attika:
¡Fascinante! Cuéntenos más cosas sobre su negocio de cerámica y su tetería online.
Benda:
Fundé mi empresa de cerámica, «Benda», con el objetivo de crear objetos únicos hechos a mano que aportaran alegría y belleza a la vida de las personas. Desde tazas y teteras hasta platos y cuencos, diseño y elaboro cada pieza con sumo cuidado. También preparo cuidadosamente una selección de exquisitos tés de Ruanda, Tanzania y otras regiones, que ofrezco a través de mi tienda de té en línea. Es una forma de compartir los sabores y tradiciones de ambos países con un público más amplio.
Attika:
Suena increíble. ¿Cómo ha sido la respuesta hasta ahora?
Benda:
La respuesta ha sido abrumadoramente positiva. La gente aprecia la artesanía y la historia que hay detrás de cada pieza. También les encanta la oportunidad de probar tés nuevos y auténticos de Ruanda y Tanzania. Me produce una inmensa alegría ver a otras personas abrazar la belleza de ambas culturas a través de mi trabajo. También doy talleres de cerámica y fiestas del té.
Attika:
Por último, ¿qué mensaje le gustaría compartir con otras personas que puedan estar afrontando retos similares o persiguiendo sus sueños empresariales?
Benda:
Les diría que nunca subestimen el poder de su herencia y la fuerza que llevan dentro. Nuestras experiencias pasadas y nuestras raíces culturales pueden servirnos de poderosa inspiración para nuestros proyectos presentes y futuros.
Puedes consultar su página web: www.benda.be
Instagram: benda_thee_salon
Instagram: cerámica:keramiek_by_benda